Por Jesús Calderón:
Mi compañera Idoia y yo hemos tratado de coordinarnos para, además de observarnos en nuestras clases, tratar de integrar en ellas un proyecto común. Con ello además de buscar enriquecernos con la experiencia de este curso buscábamos abrir líneas de trabajo conjunto que permitan cohesionar más el proyecto bilingüe de nuestro centro.
Nuestro primer contacto lo dedicamos a buscar contenidos presentes en ambos currículos que nos permitieran trabajar en común, pronto entendimos que las energías podrían cumplir esa función de nexo.
Había que estructurar nuestro sencillo proyecto, tras organizar a los alumnos por parejas, estos investigarían sobre el modelo de energía que habían elegido. Sus conclusiones deberían reflejarlas en una presentación para el conjunto de la clase, esta sería la antesala de nuestro Great Energy Market. Esta primera parte de nuestro trabajo, las presentaciones, serían pautadas y llevadas a cabo por Idoia.
De esta manera, nuestro siguiente encuentro iría encaminado a elaborar una rúbrica que marcara las líneas maestras de la investigación de nuestros alumnos además de ser nuestra herramienta de evaluación. Para ello partimos de la que Idoia utiliza en las exposiciones habituales de sus alumnos.
Ya estaba todo en marcha, habíamos cerrado el día para esas presentaciones y ese día había llegado. La clase comenzó repartiéndose la rúbrica de evaluación que los alumnos ya poseían pero que ahora deberían rellenar evaluando a sus compañeros. Es una delicia para un profesor de historia en bilingüe escuchar dando clase a una profesora de inglés. No solo por su exquisita pronunciación, sobre todo por el uso variado de expresiones tan útiles para nuestro día a día, solo eso, ya resultó muy interesante para mí.
Las presentaciones se desarrollaron con normalidad, sin embargo, hay que destacar las interesantes rutinas que Idoia articula en ellas.
La primera de ellas es que los alumnos que desarrollan la presentación hacen dos preguntas a sus compañeros al final de la misma. La primera es respondida por escrito de manera individual, la segunda se pone en común oralmente. Con ello trata de aumentar, y lo consigue, la atención de los observadores.
Otra rutina muy interesante es la de que los compañeros aportan en público posibles mejoras para futuras exposiciones y también reconocen los aspectos más positivos de la presentación.
La tercera rutina, como se ha dicho, es rellanar la rúbrica sobre sus compañeros.
Finalmente, otro aspecto interesantísimo ha sido comprobar la disposición de los alumnos desde “el otro lado”. Especialmente llamativo ha sido el observar como un alumno totalmente pasivo en mi asignatura es un alumno activo y totalmente diferente en la asignatura de inglés.
Seguimos con nuestro proyecto así que pronto tendréis noticias nuestras.
No hay comentarios:
Publicar un comentario