Este día cambió un tanto la dinámica, ya que observé a Cruz en su clase de educación física, que imparte a un grupo bilingüe de francés utilizando el francés como lengua vehicular.
La clase comenzó en el aula de referencia de los alumnos. Allí les comentaba que como era un día lluvioso, no harían ese día las pruebas previstas, sino que harían actividades relacionadas con primeros auxilios y después irían al gimnasio pequeño a poner en práctica los pasos a seguir.
Así pues, Cruz proyectó la información necesaria sobre los pasos a seguir para colocar a otra persona en la posición lateral de seguridad. La explicación de los distintos pasos se hacía en francés, por lo que probablemente habría vocabulario nuevo para los alumnos, pero se seguía muy bien, en parte por la información proyectada, que era muy visual, y además porque se veía apoyada por la gesticulación de Cruz a la hora de explicarlo, que era muy clara, tanto que yo, que hacía muchos años que no daba francés, ¡me enteré perfectamente! Además, Cruz repitió los pasos muchas veces, preguntando a los alumnos, para asegurarse de que tenían clara la información antes de ir al gimnasio a practicar.
A continuación, los alumnos estaban preparados para ir al gimnasio. Cruz asignó las parejas antes de bajar y fueron echándose gel y saliendo tranquilamente. Una vez en el gimnasio, los alumnos estaban encargados de ir a por colchonetas y colocarlas ordenadamente. Estando todos listos, Cruz hizo una demostración de lo que tenían que hacer con un alumno, pidiendo a los demás que fueran recordando los pasos que deberían seguir.
Después, los alumnos fueron practicando en sus parejas, por un lado recordándose unos a otros los pasos a seguir, y con la ayuda tanto de Cruz, como la de las observadoras que estábamos allí.
En un momento de la clase se incorporó un grupo de alumnos de la misma clase (pero de otro programa) que tenían guardia, lo cual Cruz supo amortizar, ya que para que estuvieran todos haciendo algo productivo, hizo que sus alumnos, que ya habían ido asimilando el proceso, se lo enseñaran a los compañeros que no habían presenciado el resto de la sesión. Pude apreciar ahí que el mostrar a otra persona cómo hacer algo es un gran momento de aprendizaje, ya que en ese momento se iban dando cuenta de algún aspecto que quizás no tenían tan pulido o claro, si bien la mayoría de las parejas ya tenían controlado el protocolo de actuación.
Lo cierto es que después de esa clase tuve dos pensamientos principales. El primero es que me pareció una clase tremendamente útil, ya que son conocimientos que no está de más conocer y que además pueden ayudar a evitar males mayores en el momento menos pensado. Por otra parte, me di cuenta de que en estas ocasiones en las que hay unos cuantos asuntos que comprobar y tener claro, es necesario repetir muchas veces las cosas para que vaya asentando, ya que es mucha información nueva y que tiene que realizarse en un orden muy pautado y yo misma en algunos momentos dudaba también.
Además de estos aprendizajes, debo decir que tras asistir a esta clase en francés me dieron ganas de volver a retomar este idioma :D.
Coral García
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