En esta ocasión, observé e Eva con su grupo de 2º de PMAR. Faltaban algunos alumnos, por lo que eran un total de seis. A esta hora tocaba la hora del ámbito lingüístico social correspondiente al área de geografía e historia.
Para comenzar, Eva recordó, en buena medida para situarnos a Courtnee y a mí que estábamos de observadoras, que los contenidos giraban en torno al feudalismo.
Por lo tanto, Eva fue dirigiendo un repaso de lo que habían visto hasta el momento con sus preguntas que los alumnos iban respondiendo con un alto grado de motivación y satisfacción de recordar.
A continuación, tocaba corregir los deberes asignados en la sesión anterior. En este caso, los alumnos debían buscar información sobre algún caballero. Los alumnos fueron leyendo su tarea y recibiendo feedback. Una vez hubieron terminado, Eva les preguntó si habían indagado sobre un aspecto que les había despertado gran curiosidad en la sesión anterior: cómo iban al baño los caballeros con esas pesadas armaduras. En este momento los alumnos estaban especialmente involucrados, ya que querían resolver esa duda que les había surgido. En este caso, pude apreciar que todas estas curiosidades que podemos asimilar a nuestra cotidianidad son mucho más cercanas para nuestros alumnos y es una magnífica manera de conseguir su atención.
Resueltas estas cuestiones, Eva comentó que pasarían a hacer el “kahoot” que los alumnos le habían pedido. Además de ser una herramienta útil a la hora de repasar de forma interactiva y de involucrar a los alumnos, creo que es importante que negociemos con los alumnos y que tengamos en cuenta sus peticiones cuando estas puedan resultar beneficiosas en el proceso de aprendizaje. Lo único que quizás se podría mejorar aquí era el tiempo disponible en algunas de las preguntas más largas, pero por lo demás fue muy bien, ya que a medida que avanzaban iban repasando y afianzando contenidos. Además, Eva tiene claro que el vínculo emocional es muy importante con los alumnos, especialmente estos chicos de autoestimas tan bajas después de múltiples fracasos educativos, por lo que siempre intenta felicitar a los alumnos y motivarles a seguir avanzando y aprendiendo.
Tras el kahoot, Eva mostró un pequeño vídeo para ir avanzando en la materia y puso una presentación en los últimos diez minutos. Mientras desgranaban información nueva, Eva iba construyendo a partir de los conocimientos que ya habían asentado los alumnos con sus preguntas constantes a los alumnos, lo cual ayudaba a que su atención estuviera focalizada en la clase en todo momento.
Me gustó mucho el ambiente que había en la clase, ya que había un clima relajado y respetuoso en el que los alumnos no tenían miedo a participar.
Coral García
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